Sobre mi
¡Un apasionado de los negocios!
Mi nombre es Carlos Rodríguez, tengo 44 años y soy venezolano. Padre de familia, felizmente casado con Yosselin, una compañera inigualable, y padre de dos hermosos hijos, Ximena y Julián, quienes son mi motor y motivación para mejorar cada día.
Mi profesión original es la medicina. Así es, soy médico, egresado de la Universidad Central de Venezuela hace 20 años y posteriormente especializado en Cirugía General y Coloproctología (cirugía colorrectal). Mi formación profesional se llevó a cabo en Venezuela y en otros lugares como Estados Unidos, Francia y Bélgica, donde tuve la oportunidad de realizar diversos cursos, diplomados y fellowships que enriquecieron mi curriculum profesional médico y que me permitieron ejercer esa bella profesión durante 16 años.
Mi camino de negocios (afortunadamente o no) fue interrumpido durante varios años mientras estudiaba medicina. Fue un tiempo de intenso estudio en temas que me apasionaban pero que poco o nada tenían que ver con el mundo de las finanzas.
Para el momento actual, después de esta aventura de casi 10 años de formación y trabajo en inversiones, finanzas, negocios y emprendimiento, soy Presidente y Fundador de Grupo Cercapital, un Fondo de Inversión de capital privado que se encuentra en Venezuela y que es una institución financiera regulada por la autoridad competente (Sunaval) y que cotiza en bolsa pública.
Mi vida financiera se ha consolidado en una propuesta de valor que busca generar soluciones para el país y para las personas de cualquier parte del mundo que deseen convertirse en inversionistas profesionales y generar valor para sus familias y sus comunidades.
¿Cómo llegué aquí?
Bueno, en el transcurso de mi carrera médica me di cuenta de tres factores importantes:
Lo primero es que la mayoría de las personas que tienen algún tipo de problema económico que se perpetúa en el tiempo, terminan manifestando alguna dolencia física. Generalmente pasan primero por la esfera psicológica, desarrollando algún tema de ansiedad o depresión que luego se manifiesta en alguna dolencia física, y el área proctológica es un área de muchísima manifestación, por lo tanto, lo vi con mucha frecuencia.

El segundo factor del que me di cuenta muy pronto es que no tenía ningún tipo de formación financiera ni de negocios. Nadie me había enseñado cómo manejar mis finanzas personales, cómo manejar la economía de mi consultorio, el ahorro, la inversión, los créditos, cómo negociar con las compañías de seguro o los proveedores, y lo que más me preocupaba era que siguiera pasando el tiempo y llegara un punto en donde me tuviese que retirar y no tuviese los recursos necesarios para vivir dignamente, o peor aún, tener que seguir trabajando eternamente, haciendo guardias o trabajando los fines de semana, evaluando pacientes de emergencia y peleando con las compañías de seguro.
Recuerdo claramente una experiencia que yo llamo la epifanía. Un día, recuerdo que era viernes, de viernes para sábado, salí de quirófano a las 2 de la mañana, de operar un paciente con apendicitis aguda, en ese momento pensé: son las 2 de la mañana, tengo que agarrar la autopista para mi casa a esta hora, en mi casa está mi esposa con mis dos hijos pequeños, gracias a Dios el paciente salió bien, pero este caso quién sabe cuándo me lo van a pagar. En efecto me lo pagaron 6 meses después y con descuento del 50%. En fin, en ese momento sentí que el techo del quirófano se abrió y me llegó una luz que me hizo pensar: “me gusta esto, pero por aquí no es, debe haber algo más, tiene que haber algo más que vaya más acorde con mis objetivos de vida, más allá del valor que yo entrego como cirujano en mi desempeño profesional, así que no sé cómo, pero tengo que hacerlo”.
A partir de ese momento me dediqué a leer, investigar, a preguntar, a estudiar. Comencé a formarme, a hacer cursos, a hacer diplomados, hice muchísimas formaciones en el tema de finanzas. Y fue muy interesante porque aprendí mucho. Sin embargo, los primeros años fueron difíciles, porque manejaba mucha teoría, pero a la hora de llevarlo a la práctica tenía mucho miedo, porque no tenía la experiencia ni nadie que me acompañara en ese proceso. Así que bueno, hice algunas negociaciones que salieron bien, otras que no salieron tan bien, algunos negocios que funcionaron, otros que no.
Sin embargo, no fue hasta que conocí a quien fuera mi primer mentor de inversiones, cuando me formé con el primer grupo, digamos, profesional en el tema inmobiliario en los Estados Unidos, mi primer mentor real de inversiones me llevó de la mano a hacer mi primera inversión, que fue una inversión inmobiliaria en los Estados Unidos, y fue en ese momento cuando mi carrera como inversionista despegó.
¿Qué hizo la diferencia?
El acompañamiento.
Después de unos meses de formación, esta persona, que manejaba un portafolio y negociaba inmuebles, me vendió el primer inmueble que yo, más allá de invertir para poner a trabajar mis recursos, lo utilicé como una manera de aprender, de poner en práctica todo lo que ya había estudiado durante meses, o años antes: trabajar el tema de documentos, impuestos, inconvenientes, manejo de inquilinos, proyecciones a futuro, carteras de crédito, apalancamiento, etc. Ahí fue cuando sentí la diferencia, con el acompañamiento.
No ha sido un camino fácil, ha habido tropiezos, ha habido aciertos. Pero descubrí que debía trabajar, además, otro factor importante que no te dicen los cursos: las creencias limitantes, que yo no sabía que estaban allí, y eso fue un factor determinante para el éxito de todo el proceso.
Y el tercer elemento importante del que me di cuenta fue que mis colegas estaban en la misma situación que yo: todos excelentes profesionales, muchos de ellos les estaba yendo muy bien, pero no tenían mucha idea de cómo manejar su unidad de negocios, cómo hacerlas crecer, cómo convertirlas en un ingreso paralelo independiente a su ejercicio profesional. Entonces no tenían clara la propuesta de valor, no tenían claro el modelo de negocio, el plan, etc.
De hecho, fue atendiendo las sugerencias de muchos de mis colegas, sumado a mi interés y gusto por la actividad docente, que creé la marca Dr. Salud Financiera, que es una marca educativa que busca orientar, formar, enseñar a los colegas en el ámbito médico (y fuera del ámbito médico también, aunque en este caso lo estamos enfocando al tema médico, con algunas particularidades del sector), a manejar correctamente sus finanzas, invertir y construir un patrimonio que les permita llegar a la edad de retiro con la tranquilidad de estar cubiertos, que puedan generar ingresos paralelos al del ejercicio profesional, construir patrimonio adicional durante su tiempo de actividad profesional. En mi opinión, las finanzas deben ser parte del concepto de salud integral. Por eso se llama mi marca Dr. Salud Financiera.
Al final, me apasioné tanto por el tema del negocio y las inversiones que terminé retirándome del ejercicio médico hace ya más 8 años, tiempo durante el cual he construido una carrera como inversionista, consultor de finanzas, inversiones y negocios, y he logrado llevar adelante mi propio fondo de inversión de capital privado.
Durante este tiempo he ayudado a muchas personas y a muchos colegas a construir su camino como inversionistas, a sentirse más seguros a la hora de tomar decisiones financieras y tener expectativas claras de negocios, inversiones y retornos.
Si has leído hasta aquí, te felicito y agradezco el interés. De la misma manera te invito a seguirme en este camino de las inversiones y negocios y a que me permitas ayudarte a crecer junto conmigo de la manera en la que yo lo he hecho y lo sigo haciendo.